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El comienzo de los saqueos

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A finales del año 1857, los ejércitos de Francia y Gran Bretaña se encontraban a las puertas de la sureña ciudad de 广州 Guǎng zhōu, preparados para atacar. Este enfrentamiento constituyó la primera batalla en el marco de la Segunda Guerra del Opio. Aunque esta batalla se recuerda por sus caídos y por ser la primera batalla del conflicto, es principalmente recordada porque constituyó el inicio del saqueo del patrimonio cultural e histórico de China.

Robar a los muertos

Mientras los soldados británicos, en su mayoría milicias reclutadas de manera forzosa en colonias, improvisaban un campamento en una parte del cementerio de las afueras de la ciudad de 广州 Guǎng zhōu, los mandos británicos establecieron su base en el templo del cementerio. Este templo era un lugar utilizado para rendir tributo a los antepasados y contaba con bellos ornamentos y estatuas. En algún momento de la noche, comenzó a circular el rumor de que las estatuas y los ornamentos guardaban preciosas joyas en su interior. Cientos de soldados ocuparon su tiempo libre en destrozar las estatuas y romper partes del templo para obtener estas joyas. Ningún soldado encontró objetos de valor dentro de estos monumentos, pero el mal ya estaba hecho.

Los únicos que consiguieron hacerse con algo fueron algunos de los mandos, que se quedaron con pequeñas estatuillas y algunos otros objetos pequeños del templo como souvenir de su invasión. Lamentablemente esta fue una práctica muy común en los ejércitos coloniales, lo que no era destruido era saqueado. Esto ha transformado a muchos museos y colecciones privadas de Europa en importantes reservorios del patrimonio cultural humano, aunque fue construido mediante hurtos y saqueos.

Tácticas militares desconcertantes

Con las primeras luces de la mañana del 29 de diciembre de 1857, las puertas de la ciudad de 广州 Guǎng zhōu se abrieron y más de 1.500 soldados chinos salieron marchando en orden. Los soldados británicos entraron rápidamente en pánico, ya que no se encontraban preparados para la batalla. Pero para su sorpresa, ningún soldado chino disparó contra las posiciones británicas. El ejército chino salió de la ciudad y tomo posiciones en una colina cercana. Este movimiento desconcertó a las tropas europeas, que se pusieron en alerta, temiendo algún tipo de complejo movimiento militar.

La toma de los muros

Luego del impresionante despliegue militar chino, los barcos europeos realizaron un nuevo bombardeo a la ciudad. Aunque muchos edificios civiles ya habían sido quemados o seriamente dañados el día anterior, durante este nuevo bombardeo consiguieron provocar aun más daños sobre objetivos no militares. Los barcos detuvieron el bombardeo cuando las fuerzas francesas se acercaron a los muros con escaleras. Aunque hubo disparos de balas y flechas, no hubo una respuesta artillera china desde los muros. Las tropas imperiales que habían tomado las colinas cercanas esa mañana realizaron algunos disparos artilleros, aunque sin causar grandes daños en el ejército francés. 


Hacia las 10 de la mañana, los franceses y británicos comenzaron a izar banderas en los muros y en algunos edificios cercanos. Aunque la resistencia en las murallas no fue muy grande, a media mañana se dio la orden de reanudar los bombardeos.

Las bajas

Según los reportes de la época, se produjeron pocas bajas en los ejércitos coloniales, mientras que las tropas chinas sufrieron la peor parte. Británicos y franceses perdieron 15 hombres en combate y dieron de baja a 113 soldados heridos. Unos 450 soldados chinos cayeron en combate. Además, existen al menos 200 civiles asesinados durante la ocupación de las calles principales de la ciudad. Los informes europeos dicen que se trató de civiles armados que atacaron a los soldados británicos y franceses. La ciudad contaba con más de un millón de habitantes y no son claros los números de fallecidos durante los bombardeos e incendios. Además, en los días posteriores a la toma de la ciudad, se sabe que se produjeron asesinatos de civiles en circunstancias no esclarecidas.

Saqueos de año nuevo

El 1° de enero de 1859, Lord Elgin (1811-1863), líder de la expedición británica, decidió recorrer la ciudad para determinar las principales posiciones defensivas que se utilizarían durante la toma. Durante el recorrido, quedó impresionado por la brutalidad con la que los soldados coloniales estaban tratando a la ciudad. Allí por donde pasaba, sus propias tropas se encontraban derribando puertas, rompiendo monumentos y saqueando todo cuanto veían. Elgin temió perder el control de sus tropas y que estas fueran presa fácil de los 1.500 soldados chinos que se encontraban fuera. Ordenó detener los saqueos, pero lo único que consiguió es que los soldados se comportaran mejor en su presencia, mientras continuaban saqueando cuando nadie los controlaba. 

Representación del saqueo en el London News

A estos saqueos debemos sumar el maltrato a los habitantes que aún se encontraban en la ciudad. Los asesinatos y violaciones a manos de tropas coloniales eran muy frecuentes y se produjeron a lo largo de toda la campaña militar.

En un edificio del gobierno, las tropas británicas encontraron 52 cajones con lingotes de plata y 68 con lingotes de oro, además del equivalente a 1 millón de dólares de plata en moneda china. Estos cajones se cargaron ese mismo día en el HMS Calcutta y fueron enviados a India. Los británicos estaban gastando mucho dinero en esta guerra para obtener un beneficio económico y este fue el primer pago. Posteriormente, durante las negociaciones al final de la guerra, estos cajones no fueron tenidos en cuenta como parte de pago de las reparaciones de guerra.

Un patrimonio robado

La mayoría de las obras de arte y piezas arqueológicas fueron robadas más adelante en esta guerra, e incluso muchas otras en conflictos posteriores o como resultado de la situación en la que quedó China después de la firma de nuevos tratados desiguales. El volumen total de piezas robadas es tan grande e importante que, hoy en día, todavía se discute si los museos europeos deben devolver las piezas a China, y al resto de países de donde se ha robado patrimonio cultural. Sobre esta discusión queremos compartir dos interesantes artículos periodísticos de actualidad. En estos artículos se discute si los museos de Gran Bretaña y Francia deben devolver las piezas robadas durante las Guerras del Opio. También se menciona a Lord Elgin y los relieves griegos robados a principios del siglo XIX. Este Elgin es Thomas Bruce Elgin, padre del Lord Elgin que dirigió la campaña británica durante la Segunda Guerra del Opio.

CNN: It's time for museums to return their stolen treasures

Global Times: Chinese netizens up in arms about British Museum’s defense of plundered relics in its collection

Serie: las Guerras del Opio

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