" Las dos caras de una moneda

Las dos caras de una moneda

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Las historias de China e India del siglo XIX se encuentran interrelacionadas, no solo por el tráfico del opio cultivado en India y vendido ilegalmente en China, sino también por sus guerras y levantamientos anticoloniales. El modus operandi de los países coloniales era siempre muy parecido: invadir un territorio, fundar una colonia, reclutar de manera forzosa a locales e invadir un nuevo territorio para conseguir más colonias. Pero la discriminación y las humillaciones sufridas por los locales siempre tienen un punto de quiebre, en el que prefieren resistir hasta la muerte antes que acatar las órdenes extranjeras. En las colonias británicas de China e India esto ocurrió casi de forma simultánea en 1857, durante la Segunda Guerra del Opio, cuando los indios se negaron a invadir China y los chinos se negaron a ser gobernados por un invasor.

El resentimiento chino

La mañana del 15 de enero de 1857, alrededor de 500 británicos, que conformaban la casi totalidad de los residentes extranjeros en la colonia británica de 香港 Xiāng Gǎng, Hong Kong, comenzaron a sufrir náuseas, vómitos, mareos y severos dolores estomacales. Pronto la colonia entró en crisis, ya que casi ningún europeo se encontraba libre de estos síntomas, lo que los podría volver vulnerables si la población local decidiera rebelarse (un miedo siempre patente debido a la discriminación y la humillación sufrida por los locales). Un médico identificó rápidamente la causa: envenenamiento por arsénico. Una rápida investigación descubrió que lo único que todos los británicos habían ingerido, y la población local no, eran los productos de la única panadería de la colonia: 裕成办馆 Yùchéng bàn guǎn. Al analizar la comida descubrieron que todos los panificados contenían dosis de arsénico superiores a la dosis mortal. Nadie falleció porque la dosis era tan alta que, en lugar de provocar la muerte por envenenamiento, provocaba severos vómitos que expulsaban el veneno. 

Panadería 裕成办馆 Yùchéng bàn guǎn, también conocida como Esing, según The Illustrated London News (1857).

Los oficiales británicos supusieron que se trataba de terrorismo. Al intentar detener a 张霈霖 Zhāng Pèilín, el dueño de la panadería, descubrieron que se había fugado con su familia la mañana del incidente. Pocos días después fue capturado en la colonia portuguesa de de 澳门 Ào Mén, Macao, y fue enjuiciado junto a diez de sus empleados. En el juicio, 张霈霖 Zhāng Pèilín fue declarado inocente, en parte porque uno de sus hijos también habían presentado síntomas, lo que hizo pensar que él no sabía del arsénico en la comida. A pesar de esto, el gobernador de la colonia exigió su encarcelación por ser sospechoso. Posteriormente, la comunidad china consiguió negociar la excarcelación de 张霈霖 Zhāng Pèilín con la condición de que abandonara la colonia. Sus empleados estuvieron encerrados en una pequeña celda de la comisaría y mantenidos de forma inhumana durante tres semanas antes de ser deportados a China. A esta pequeña celda se la llamaba "El agujero negro de Hong Kong", un paralelismo con el nombre "Agujero negro de Calcuta", una celda de Calcuta donde se hacinaba a los prisioneros de guerra, muchos de los cuales morían de sofocamiento. 

Juicio a los empleados de la panadería, según The Illustrated London News, 1857.
 

Aunque algunas fuentes sostienen que este envenenamiento fue una orden directa del gobierno imperial 清 Qīng o incluso del propio gobernador de la ciudad de 广州 Guǎng zhōu, 叶名琛 Yè Míngchēn (1807-1859), hoy en día se tiende a pensar que se trató de un envenenamiento organizado por algunos residentes chinos de la colonia, profundamente resentidos con la ocupación británica y la discriminación sufrida.

Las tropas indias

Gran Bretaña envió barcos de guerra a China, pero estos barcos tan solo transportaban suministros, sus marineros y una pequeña división británica. El grueso de las tropas sería recogido en la colonia de India, de milicias de reclutamiento forzoso. Esto era muy común en la guerra colonial: pocas tropas de la capital dirigiendo un gran número de tropas reclutadas en una colonia y utilizadas para obtener nuevas colonias.

El 10 de mayo de 1857, comenzó una rebelión de tropas indias, cipayos, en Meerut, que se negaban a aceptar las órdenes británicas de prepararse para la expedición. Los oficiales británicos intentaron forzar a los indios, pero las tropas indias respondieron matando a todos los oficiales, sus familias y cualquier europeo que pudieran encontrar. La noticia corrió como el agua por toda la colonia india y pronto soldados indios de todos los rincones de la colonia comenzaron a rebelarse contra los británicos. Los soldados indios pronto se agruparon bajo el mando de una serie de príncipes indios que reclamaban el gobierno y la expulsión de los británicos de sus tierras.

Grabado británico titulado: Cipayos dividiéndose el botín después de su motín contra el dominio británico.

Un brillo antinatural

Lord Elgin (1811-1863), líder de la expedición británica a China recibió las noticias de la rebelión india cuando atracó en la colonia británica de Singapur el 3 de junio de 1857. Las cartas del gobernador de la colonia británica en India pedían de forma desesperada ayuda, ya que estaban perdiendo el control en gran parte del territorio. Elgin no podía pedir instrucciones a Londres, porque tardarían 2 meses en responder. Por lo tanto, decidió ordenar a una de sus divisiones británicas que tomara el mando de los 1.700 soldados de la colonia británica de Mauricio, que se encontraban en Singapur, preparados para acompañarlos en la campaña hacia China, y recuperaran el control de India. Estos soldados no solo consiguieron suprimir la rebelión, sino que acabaron con el Imperio Mogol, el último imperio Indio, y colocaron al gobernador de la colonia como gobernador de todo el imperio.

Ejecución de prisioneros indios en 1857, Cuadro de Vasili Vereshchaguin.

Mientras la masacre de indios ocurría y esperaba la confirmación del reclutamiento de tropas indias, Elgin decidió visitar una casa de opio de Singapur, probablemente para descubrir por qué razón se encontraba en la otra punta del mundo organizando una invasión. Estas casas eran muy similares a las casas ilegales que el tráfico de opio había fomentado en China. Elgin quedó muy impresionado y luego de la visita escribió a su esposa:

“They are wretched, dark places with little lamps. The opium looks like treacle, and the smokers are haggard and stupefied, except at the moment of inhaling, when an unnatural brightness sparkles from their eyes,”

"Son lugares miserables, oscuros con lámparas pequeñas. El opio parece melaza, y los fumadores están demacrados y estupefactos, excepto en el momento de inhalar, cuando un brillo antinatural centellea en sus ojos". (1) 

Dos adictos al opio, fotografía tomada a principios del siglo XX en Singapur, Museo Nacional de Singapur.

La rabia de los colonizados

En el siglo XIX, varios países europeos contaban con colonias repartidas por todo el mundo. Estas colonias habían sido el producto de la conquista y el sometimiento de los locales, para establecer después un sistema en el que los colonos europeos vivían una vida de lujo, mientras los locales debían ser sus sirvientes en sus ciudades y sus guerras. Por esta razón los levantamientos, las rebeliones y los atentados fueron comunes en estos lugares. De hecho, como veremos años más tarde, incluso cuando el territorio no es una colonia oficial, si uno o varios países obligan a las autoridades locales a obedecerles, se puede producir un levantamiento similar a un levantamiento colonial como ocurrió en 北京 Běijīng en 1899.


(1) Citado por W. Travis Hanes III y Frank Sanello en The Opium Wars: The Addiction of one Empire and the Corruption of Another (2002), Sourcebooks.

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