" El fuego que encenderá la mecha

El fuego que encenderá la mecha

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Soldados británicos en un fuerte chino
conquistado. Fotografía por Felice Beato, 1860.

Durante los primeros días del año 1858, las tropas británicas y francesas entraron en la ciudad de 广州 Guǎng zhōu y comenzaron a saquear todo cuanto veían. Aunque el líder de la expedición británica Lord Elgin (1811-1863) intentó poner en orden a sus tropas, tan solo consiguió que se comportaran en su presencia. Una vez derrotadas las escasas defensas de la ciudad, comenzó la búsqueda del gobernador 叶名琛 Yè Míngchēn (1807-1859), que parecía estar escondido en algún lugar de la ciudad.

无为 wú wéi, la no acción

Las tropas británicas hallaron una estatuilla que representaba al gobernador 叶名琛 Yè Míngchēn. El 5 de enero estatuilla en mano, los soldados comenzaron a derribar las puertas de muchos edificios para buscar si alguien coincidía con las facciones de la figura. El último lugar al que entraron fue el edificio de gobierno. Según las crónicas británicas, allí descubrieron a un 叶名琛 Yè Míngchēn disfrazado de sirviente que intentaba trepar los muros para huir. Incluso se menciona en algunos libros que intentó que los soldados detuvieran a un sirviente al que le había colocado sus ropas de administrador imperial. Pero la historia contada por los sirvientes y el resto de los administradores presentes es muy diferente. 叶名琛 Yè Míngchēn tan solo se sentó en su oficina a esperar la llegada de los británicos y franceses, para iniciar las negociaciones. Estas eran las órdenes que el emperador le había entregado y las cumplió incluso a riesgo de perder su vida.

Un soldado británico le cortó la trenza manchú para humillarlo. Luego improvisaron una jaula con una litera y lo transportaron hasta el buque Inflexible. Los periódicos The Times of London y The Times publicaron artículos sobre la detención de 叶名琛 Yè Míngchēn. En ambos, 叶名琛 Yè Míngchēn era acusado de tener una mala higiene y costumbres vulgares como limpiarse la nariz con las mangas de su ropa. Estos artículos fueron escritos por personas que no estuvieron presentes durante la detención, en un intento de desacreditar al gobernador y legitimar la conquista británica. Durante el viaje, un obispo anglicano le regaló una biblia a 叶名琛 Yè Míngchēn. Este rechazó el regalo alegando que ya había leído ese libro. El 20 de febrero, el Inflexible lo transportó hasta una prisión en Calcuta, Colonia británica de India, donde falleció reclamando el fin de la guerra.

Representación de la detención de 叶名琛 Yè Míngchēn según el London News.

Las cartas imperiales

En las oficinas de gobierno, los soldados británicos y franceses encontraron la correspondencia entre 叶名琛 Yè Míngchēn y el emperador. Estas cartas fueron muy importantes porque revelaban la frágil posición del emperador e incluso contenían información sobre los números de tropas, su equipamiento y discusiones sobre los puntos débiles del imperio. El hallazgo de estas cartas permitió la planificación de ataques tan devastadores que los propios funcionarios imperiales comenzaron a cuestionarse las enseñanzas de los textos clásicos en materia de gobierno y guerra. Luego de este conflicto, dieron comienzo los primeros intentos de reforma del estado, en una búsqueda de obtener fortaleza nacional.

El gobernador títere

叶名琛 Yè Míngchēn apresado.

El 9 de enero, los altos mandos británicos y franceses visitaron las celdas donde tenían presos a los funcionarios imperiales. Allí le ofrecieron a 黄宗汉 Huáng Zōnghàn (1803-1864), el segundo funcionario de mayor cargo luego de 叶名琛 Yè Míngchēn, oficiar de gobernador de la ciudad. Aunque él colocaría su firma en todos los documentos, sería un títere de los extranjeros. Lord Elgin esperaba con esto evitar conflictos con los locales. Los espías de 叶名琛 Yè Míngchēn seguían operando en la ciudad y rápidamente informaron a la capital de la nueva designación. El emperador y sus asesores creyeron que esta era una buena oportunidad para contraatacar. Mediante la red de espías, enviaron un mensaje secreto a 黄宗汉 Huáng Zōnghàn ordenándole que organizara a las milicias de campesinos para atacar a los invasores.

El almirante Seymour, de la Marina Británica, le ordenó a 黄宗汉 Huáng Zōnghàn que emitiera la orden de retirada de los 17 buques de guerra chinos que se encontraban bloqueando la entrada del 珠江 Zhū jiāng, Río de las Perlas. Estos buques estaban luchando contra barcos del 太平天国 Tàipíng tiān guó, Reino Celestial Tàipíng y 黄宗汉 Huáng Zōnghàn se resistió a firmar la orden. Al día siguiente, en parte como castigo al detenido 叶名琛 Yè Míngchēn y en parte para doblegar la voluntad de 黄宗汉 Huáng Zōnghàn, los buques franceses Mitraille y Fusée bombardearon la casa de 叶名琛 Yè Míngchēn hasta convertirla en escombros y cenizas.

Los refuerzos del racismo

En marzo de 1858, el 70° regimiento de cipayos arribó a 广州 Guǎng zhōu para reforzar la posición. A este regimiento se le asignaron 200 sirvientes chinos forzosamente reclutados en la ciudad. A pesar de que el haber recibido estos sirvientes chinos los elevaba a un nuevo estatus, seguían siendo llamados “niggers” por los británicos y continuaban siendo considerados inferiores. El primer día en la ciudad, tres soldados cipayos fueron fusilados por soldados franceses, luego de ser acusados de saquear. Ningún soldado europeo fue juzgado por los saqueos durante la Segunda Guerra del Opio. 

Regimiento de caballería indio reclutado por la colonia británica de India. Fotografía por Felice Beato 1858-1859.

La llegada de la modernidad

Aunque el imperio 清 Qīng (1636-1912 e.c.) se encontraba librando varias guerras de forma simultánea, negociando con varias naciones, combatiendo el tráfico de opio y con un gigantesco déficit presupuestario, aún seguía siendo un imperio fuerte capaz de resistir el embate de las olas más grandes. Las invasiones extranjeras nunca consiguieron desmembrar completamente a China, tan solo lograron hacerse con pequeños territorios. Pero el fuego de los cañones y el opio prendieron la mecha de una sangrienta revolución.

Hay autores que sostienen que las invasiones extranjeras llevaron la modernidad a China, pero esta afirmación pretenciosa e hipócrita merece ser cuestionada. Las autoridades imperiales fueron cada vez más reticentes al intercambio cultural e intentaron cerrar el país frente a las agresiones extranjeras. Una transición en las formas de gobierno que eventualmente habría ocurrido se vio forzada a iniciar como una sangrienta revolución. Luego de la Segunda Guerra del Opio, varias naciones extranjeras se hicieron con parte del gobierno del país. La revolución, más que deshacerse de la administración imperial, buscaba deshacerse de los extranjeros y devolver el poder a las manos de los chinos.

Serie: las Guerras del Opio

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